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Eduardo Ladislao Holmberg
Personaje público(Wikipedia)
Eduardo Ladislao Holmberg (
Buenos Aires,
27 de junio de
1852 –
4 de noviembre de
1937) fue un
médico,
naturalista y
escritor argentino. Hijo del aficionado a la botánica
Eduardo Wenceslao Holmberg y nieto del
barón de Holmberg que acompañara en sus campañas al Dr. Gral.
Manuel Belgrano e introdujera en la Argentina el cultivo de la
camelia,
fue una de las principales figuras de las ciencias naturales en el
país, compendiando por primera vez la biodiversidad de su territorio.
Fue además un prolífico literato.
Juventud
Procedente de familia burguesa y de origen europeo, Holmberg dominaba el
inglés, el
francés y el
alemán ya cuando se inscribió en la Facultad de Medicina de la
Universidad de Buenos Aires.
Se había criado en estrecho contacto con los jardines y la nutrida
bibliografía de su padre, entrando tempranamente en materia de botánica y
entomología. Aprendió rápidamente un elegante
latín, imprescindible en los estudios científicos en la época.
Se doctoraría en
1880 con una tesis sobre
El Fosfeno,
pero jamás ejercería la profesión. Pese al escaso prestigio con que
contaba por entonces la historia natural, ya desde hacía cerca de una
década se había abocado a estudios en este sentido, que comenzó tomando
apuntes sobre la
fauna y la
flora patagónicas que documentó en su
Viajes por la Patagonia, de 1872. A partir de 1874 se abocó al estudio de los
arácnidos,
publicando en la década siguiente numerosos estudios sobre estos
artrópodos que fundaron la disciplina en el país; ese mismo año contrajo
matrimonio con Magdalena Jorge, una joven de
bon ton de Buenos Aires. Publicó en los
Anales de la Agricultura Argentina y el
Periódico Zoológico,
dos de las publicaciones científicas más importantes de la época,
describiendo especies e investigando el efecto de su presencia en la
actividad
agrícola.
En
1877 complementó su viaje a la Patagonia con una expedición al norte, en el que recorrió el
Chaco, el
altiplano andino y el
Cuyo. Las descripciones botánica y zoológicas que recogió en este viaje se publicaron reseñadas en el
Boletín del Consejo de Educación, y luego desembocaron en estudios editados a través de la Academia de Ciencias de Córdoba, los
Anales de la Sociedad Científica Argentina y la revista de la Sociedad Geográfica Argentina, además del libro
Mamíferos y aves de Salta.
En 1878, junto con el entomólogo
Enrique Lynch Arribálzaga, fundó la primera revista dedicada en exclusiva a la biología en Argentina,
El Naturalista Argentino;
sólo se publicó un número de ésta, pero la calidad del material llevó a
que numerosas instituciones científicas de todo el mundo, entre ellas
el
British Museum, requiriesen ejemplares. La experiencia se traduciría luego en una importante colaboración con la
Revista Americana de Historia Natural, fundada en 1891 por
Florentino Ameghino.
Investigación y magisterio
Holmberg abandonó relativamente temprano el estudio de las arañas,
pero abordó con entusiasmo la exploración de la diversidad biológica
argentina. A partir de 1881 exploraría sistemáticamente todos los
biomas del país, recogiendo el resultado de sus investigaciones en los monumentales
Resultados
científicos, especialmente zoológicos y botánicos de los tres viajes
llevados a cabo en 1881, 1882 y 1883 a la sierra de Tandil. La
exploración del Chaco la abordó en compañía de Ameghino, dando inicio a
una large y fructífera colaboración. Realizó nuevas expediciones
científicas a la
Sierra de Tandil (
1883), al [Chaco (
1885), a
Misiones (
1897) y a
Mendoza.
Monumento Homenaje al Dr. Holmberg erigido en el Zoológico de Buenos Aires, realizado por la escultora Ester Suaya.
El Jardín Zoológico
En
1888 fue nombrado director del
Jardín Zoológico de Buenos Aires, al que dio un gran impulso, tanto en materia de colecciones como infraestructura. Fundado durante el gobierno de
Domingo Faustino Sarmiento,
el Zoo no contaba aún siquiera con un plano definitivo. Holmberg
designó una comisión a tal efecto, integrada por Florentino Ameghino,
Carlos Berg y Lynch Arribálzaga, a la que se debe el trazado actual casi
en su totalidad. Ocuparía el cargo hasta
1904, cuando se alejaría por su desacuerdo con las autoridades municipales.
El predio del Jardín Zoológico era un bajío pantanoso, cortado por las vías del
Ferrocarril del Norte y ocupado en parte por un club de
tiro.
Holmberg contó con total libertad para las obras, que conllevaron el
traslado del ferrocarril, el relleno del terreno, la diagramación del
paseo y la construcción de los pabellones; suya fue la idea de
diseñarlos de acuerdo a la arquitectura de su región de origen,
construyendo fantásticos alojamientos de gran valor arquitectónico. El
mayor de ellos no se había concluido aún cuando acabó su tarea; se trata
del templo hindú destinado a alojar los elefantes, réplica diseñada por
Vicente Cestari del
Templo de la Diosa Nimaschi de
Bombay.
Con la idea de conformar una fuente de formación zoológica de gran
diversidad, Holmberg adquirió especies europeas, africanas y asiáticas
para complementar la rica fauna del interior del país Implementó cambios
en el trato y alimentación de las fieras, mejoró la visibilidad de
éstas para el público, y alentó el papel de difusión científica del
Jardín antes que el puramente recreativo; dotó al mismo de guías
ilustradas, catálogos y planos con información taxonómica, y editó la
Revista del Jardín Zoológico, con gran cantidad de material original. De publicación mensual, colaboraron en ella Ameghino,
Juan Bautista Ambrosetti y Lynch Arribálzaga, amén del propio Holmberg, entre otros destacados científicos.
Actividad universitaria[
Holmberg enseñó historia natural en la Escuela Normal de Profesores y
en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la UBA, así
como física y química. Fue elegido miembro de número de la Academia de
la Facultad de Ciencias Físico-Matemáticas el 12 de julio de 1890. Creó
el Laboratorio de Historia Natural de la UBA, y fue el primer argentino
en dirigir ese departamento. Publicó además numerosas obras de consulta;
su monumental
La fauna y la flora, que compendiaba las especies conocidas del país, fue la referencia principal en esa área durante medio siglo, y su
Botánica Elemental, con medio millar de ilustraciones originales, fue el texto de consulta obligatorio para los estudiantes. Su
Flora de la República Argentina sentó los principios de la fitogeografía del territorio.
La literatura
Holmberg comenzó a publicar sus devaneos literarios hacia 1872; simultáneamente con sus
Viajes por la Patagonia
verían la luz sus primeras obras líricas. La poesía ocupó sólo una
pequeña parte de su producción literaria, destacándose el largo poema
Lin-Calel, escrito en endecasílabos encadenados. Más prolífica fue su obra narrativa; fue el fundador del género de la
ciencia ficción en el país, con la novela
El viaje maravilloso del señor Nic-Nac, que apareció en 1875. Lejos del formato
duro
que adoptaría el género en el siglo siguiente, la ciencia ficción fue
para Holmberg una excusa para ejercer la crítica de costumbres, la
ironía moral y la especulación en clave darwinista; en esta novela, el
señor Nic-Nac viajaba a Marte de forma astral, y sus desventuras en
aquel planeta permitían a Holmberg burlarse de sus contemporáneos.
Volvería a Marte en
Insomnio, de 1876, y abordaría luego una temática fantástica en
La pipa de Hoffman, especulando sobre los efectos de las drogas. De 1879 data
Horacio Kalibang o los autómatas, una obra de avanzada sobre la posibilidad de la fabricación de robots. Fundó además el
género policial en Argentina con su célebre
La bolsa de huesos, y tradujo al español los
Papeles póstumos del club Pickwick, de
Charles Dickens, por quien sentía gran admiración. La perspectiva sociocrítica de su literatura se hacía patente en la utopía política
Olimpio Pitango de Monalia, que no publicó en vida y permaneció inédita hasta 1994.
Se retiró de la docencia universitaria el 28 de septiembre de 1915,
recibiendo el homenaje de la Sociedad Científica Argentina; su despedida
estuvo ornada por discursos de
Leopoldo Lugones y del principal discípulo de Holmberg,
Cristóbal M. Hicken.
La Academia Argentina de Ciencias lo nombraría su presidente honorario;
la de Medicina le daría plaza de académico honorario, y el Museo de
Historia Natural el título de "protector". Al cumplir los 75 años el
Concejo Deliberante de la ciudad de
Buenos Aires creó un premio que lleva su nombre.