A partir de 1992 y sin interrupción alguna, se viene celebrando con el apoyo de la Organización de Naciones Unidas lo que comúnmente se llama el Día Mundial del Agua.
El slogan que se utilizará en la campaña de este año será el de “Agua Limpia para un Mundo Sano“, poniendo principal hincapié en los aspectos contaminantes que ponen en riesgo el uso de este recurso, que no es renovable como otros.
Desde su comienzo, este día ha tenido como meta el de concienciar a la población mundial sobre el uso responsable de nuestros recursos hídricos. Tan sólo una muy pequeña parte del agua del planeta es potable, de allí viene la importancia de cuidar una fuente de vida tan notoria.
El crecimiento poblacional y la urbanización, los nuevos productos químicos, los nuevos agentes patógenos o las nuevas especies invasoras de los hábitats como consecuencia del cambio climático, son problemas asociados al empeoramiento de la calidad del agua.
El riesgo se incrementa, mientras se sufre carencia de acciones prioritarias que mejoren la calidad del agua y garanticen su uso sostenible, antes o después será necesario ejecutar todos los planes propuestos desde la creación del Día Mundial del Agua. Por cierto, menos mal que no se aceptó la iniciativa de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), recordemos que pretendía comercializar el agua más cara para que se considere un bien escaso y valioso.
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