La fertilidad del suelo no cultivado se mantiene cuando la tierra está protegida por la vegetación. Los nutrientes que toman las raíces vuelven al suelo con los restos de estas plantas. Cuando las plantas sirven de alimento a animales, los nutrientes regresan cuando los animales mueren o con sus excrementos. Es decir, existe un ciclo natural que asegura la restitución de los nutrientes consumidos. En un suelo cultivado, se rompe este ciclo. Los nutrientes no regresan al suelo, porque quedan en las plantas que se cosechan. Los rastrojos se usan como forraje o se queman. Así, disminuyen los nutrientes y la fertilidad. Para evitar el empobrecimiento del suelo, es necesario restituirle los nutrientes perdidos. El fertilizante más adecuado es el abono orgánico . El estiércol es un abono completo y equilibrado, es decir, tiene todos los nutrientes que necesita la planta y en las proporciones convenientes. También es muy recomendable el composte y los abonos verdes. No sólo in...