Plantas de interior, Plantas de exterior, césped, semillas orquídeas, multiplicación de plantas, consejos para el cuidado de tus plantas, árboles, arbustos, florales, suelo y huerto.
Aromática Origen en Mediterráneo y SE De Asia No hay Macho o Hembra. Es hermafrodita. Y existen 40 especies 50 cm h Propiedades medicinales
Reproducción x semillas o división de matas Muy resistente a las plagas Nutrición no exigente Prefiere suelos secos y pedregosos, pero no arcillosos Poco riego y buen drenaje Luz: Sol o semi sombra
Temperatura: aguanta frío y calor
SECRETO DE ALVARO Ojo, no sólo cura, exorcisa, o ayuda a la Pachamama. Su uso indebido es peligroso.
Hay más de 1.500 especies y más de 10.000 hibridaciones Origen: América, Asia y África (Rizomas, tubérculos, epifitas) Reproducción por esqueje de hoja o división de rizoma
Plagas Hongos y Bacterias
Abono una vez al mes con harina de hueso o de sangre.
Sustrato rico en humus. Fértil. Compost
Riego: muy húmedo. Abundante sin encharcado Lugar luminoso sin sol directo Temperatura idesl: de 15 s 25 grados centígrados
El nombre les viene por Michel Begon Gobernador de Haití del S XVII
Origen Brasil y Argentina Los bulbos se plantan a finales del invierno a una profundidad de 2/3 de su tamaño. Tardan 2 meses en brotar Riego moderado
Plagas..babosas, ácaros y pulgones Sustrato ideal con mantillo, turba, y arena. Situar en lugar luminoso sin sol directo Temperatura arriba de 6 grados centígrados
SECRETO DE ALVARO 😉 Use siempre maceta estrecha. El bulbo tiene que estar bastante apretado. El bulbo vive 70 años Elija los bulbos de 15 cm para arriba. Los más grandes son los mejores. A finales del verano saque los bulbos, ubique los en lugar seco, oscuro y fresco, y déjelos en reposo por 10 semanas. #Amarilis#plantas#Flores#Hogar#Paisajismo#decoracion#Viveros#Viveroterapia#AlvaroRuizMoreno
BEGONIA BRASILERA (Sapo)
Origen Brasil Hay más de 1500 variedades de begonias. (Asia, Africa y América) Es muy importante no mojar las hojas Se reproducen por división de rizoma, esquejes, y hojas. Plagas frecuentes hongos y babosas Nutricion: abono semanal Sustrato rico en humus Mucho riego y humedad permanente Es una planta de sombra Rango de temperatura entre 17 y 23 grados
Origen Japón y China Árbol pequeño apto para macetas Reproducción por esquejes o semillas Muy usado para Bonsái Plagas frecuentes Cochinillas, Pulgón y Arañuela. Se abona a fines del verano con guano Ph bajo para el sustrato Riego frecuente sin encharcado Luz indirecta intensa. Muy luminoso. Rango de temperatura..desde -18 hasta +30 grados. Muy amplia.
Origen Sur de Chile, México, y Nueva Zelanda Florece desde Primavera hasta Otoño Requiere poda de limpieza Reproducción por esquejes de tallos tiernos en Primavera Plagas frecuentes Mosca blanca y Pulgones Nutricion: harina de huesos Sustrato rico y ácido Riego diario con gotas de limón en el agua Media sombra Temperatura siempre arriba de 0 grados.
Sud este Asiático Herbácea para interiores de 35 a 50 cm h Se reproduce por división de matas Plaga ppal: pudrición de raíz Fertilizar cada 15 días en primavera Sustrato siempre húmedo y rico en humus Riego: mantener húmedo con agua blanda. Sin encharcar Luz intensa sin sol directo. Semi sombra Temperatura ideal 15 a 25 C Planta ideal para limpiar toxinas. Produce oxígeno puro.
Algunas plantas presentan una tendencia natural a regenerarse mediante el autoacodo, es decir, formando raíces adventicias a partir de tallos que tocan el suelo.
Entre estas plantas se encuentran las del género Campsis, Hydrangea anomala subsp. petiolaris y la hiedra (hereda). Algunas forman nuevas plantas mediante acodo apical.
El acodo explota la tendencia de algunos tallos en crecimiento de producir raíces en el lugar donde se realiza una incisión, mientras aún se encuentran ligados a la planta original. Una vez enraizados, los tallos o acodos se separan de la planta madre, desarrollándose por su cuenta.
Aunque requiere bastante espacio, el acodo es una buena forma de obtener un número reducido de ejemplares nuevos con relativa fiabilidad, ya que estos son alimentados por sus progenitores hasta que enraizan.
El acodo implica, en la mayoría de los casos, inclinar el tallo hacia el suelo, como ocurre en el acodo simple y en el apodo en serpentina.
El acodo explota la tendencia de algunos tallos en crecimiento de producir raíces en el lugar donde se realiza una incisión, mientras aún se encuentran ligados a la planta original. Una vez enraizados, los tallos o acodos se separan de la planta madre, desarrollándose por su cuenta.
Aunque requiere bastante espacio, el acodo es una buena forma de obtener un número reducido de ejemplares nuevos con relativa fiabilidad, ya que estos son alimentados por sus progenitores hasta que enraizan.
El acodo implica, en la mayoría de los casos, inclinar el tallo hacia el suelo, como ocurre en el acodo simple y en el apodo en serpentina.
En el acodo subterráneo, el apodo bajo tradicional y el más complejo acodo francés, los tallos acodados también se entierran para evitar el etiolado y se podan, lo cual refuerza la energía y ayuda a crear las hormonas de crecimiento necesarias para el enraizamiento en lugares específicos de los tallos.
El acodo aéreo se utiliza con tallos que no pueden doblarse hasta el nivel del suelo; en su lugar, se coloca un medio de enraizamiento envuelto alrededor de la rama aérea.
A través de una incisión realizada la corteza, el tallo atrapa el alimento que normalmente se dirige a las raíces, consiguiendo así energía para el enraizamiento.
Órganos de reserva.
Algunas plantas poseen órganos naturales de almacenamiento de reservas que les permiten sobrevivir durante los periodos de latencia hasta que las condiciones para el desarrollo vuelven a ser favorables. Estos órganos de reserva pueden durar varios años o renovarse anualmente, y en ambos casos se trata de un proceso vegetativo de regeneración posible explotar para la producción de nuevos ejemplares.
Las especies que poseen órganos de reserva suelen denominarse colectivamente plantas bulbosas, aunque solo algunas son verdaderos bulbos.
Los bulbos son tallos comprimidos con una parte basal a partir de la cual se desarrollan raíces.
Cada bulbo contiene una yema con un vástago embrionario o una flor embrionaria completa, envuelta con una serie de hojas carnosas denominadas escamas.
En bulbos como los narcisos, los tulipanes y las cebollas, estas escamas envuelven completamente las capas inferiores; este tipo de bulbo se describe como no escamoso, y está envuelto por una cubierta semejante al papel, llamada túnica, que lo protege del daño superficial y la sequía.
Otros bulbos, como los lirios y los del género Fritillaria, producen hojas más estrechas y con escamas modificadas que no se encuentran protegidas por una túnica; se conocen como bulbos escamosos y son más sensibles a las sequías.
Los bulbos se reproducen mediante vástagos o en ocasiones mediante bulbillos subterráneos y aéreos. Lo más fácil y rápido es fragmentarlos para que se desarrollen de forma independiente.
Las plantas con bulbos pueden incrementar su número en gran cantidad mediante métodos diversos, aunque suelen ser más lentos y no siempre dan buenos resultados. Es posible dividir un bulbo en fragmentos, mediantes láminas (laminado) o en partes de escamas, cada una con una parte de la lámina basal.
Sí las condiciones son las adecuadas, es posible provocar el desarrollo de bulbillos sobre las láminas basales, a partir de las láminas o los padres de escamas. Al arrancar un bulbo escamoso del suelo, las escamas desprendidas, si se dejan en el suelo, formarán una nueva planta.
En la escamadura, las hojas transformadas en escamas se arrancan de forma deliberada para que formen bulbillos, como ocurre con el laminado y los pares de escamas.
En el caso de los jacintos, los métodos más efectivos son el vaciado y la realización de una muesca, que consiste en dañar la lámina basal, dejando un anillo externo intacto, mientras que en el de la muesca se realizan dos cortes superficiales en ángulo recto sobre la lámina basal.
Algunas plantas bulbosas producen diminutos bulbos (bulbillos subterráneos) o estructuras parecidas a bulbos (bulbillos aéreos). Estos, enraizan en el suelo o bien se arrancan para formar nuevas plantas.
Cormos.
Se forman a partir de la base subterránea del tallo. Desarrolla una especie de escamas de textura parecida al papel, así como yemas, de las cuales una a dos alcanzan la superficie. En la mayoría de los casos, el cormo se renueva cada año. Formándose en la base del tallo de la estación en curso, sobre el cormo anterior. Alrededor del cormo parental pueden formarse cormos diminutos, llamados “cormelos”, que pueden utilizarse como medio de propagación.
Rizomas.
Se desarrolla normalmente en tallos subterráneos. Bien sean estos gruesos, como en el caso de los lirios barbados. Delgados, de amplia distribución y desarrollo rápido, como el de Elymus repens. Forma de corona, como el del espárrago. Los helechos producen también una serie de estructuras rizomatosas.
Cuando el rizoma crece, con frecuencia se divide en varios segmentos, cada uno con diversas yemas que se desarrollan cuando las condiciones son favorables. Los segmentos pueden cortarse para la propagación. Algunos rizomas parecen raíces carnosas; trátelos como esquejes de raíz.
Tubérculos de raíz.
Son tallos modificados, con las mismas funciones y ciclo vital que los tubérculos de raíz, pero con un mayor número de yemas sobre gran parte de su superficie. Muchos tubérculos pueden provenir de una sola planta, como en el caso de la patata (Solanum tuberosum).
Los tubérculos de especies vivaces como Anemone coronaria aumentan su tamaño en la estación de crecimiento, produciendo hojas y flores en la parte superior, y raíces en el otro extremo o en ambos. Para propagar tubérculos de tallo, extraiga esquejes basales o corte en fragmentos.
Pseudobulbos.
Se encuentran únicamente en las orquídeas simpodiales cómo Cymbidium. Con frecuencia semejan yemas, pero en realidad son tallos gruesos que salen de un rizoma. Los pseudobulbos pueden dividirse de varias formas cortando por el rizoma.
Otros órganos de reserva. Ciertas plantas, por ejemplo, Saxifraga granulata y algunas especies del género Kalanchoe, desarrollan yemas redondeadas, parecidas a bulbos, en las axilas de los vástagos. Pueden propagarse del mismo modo que los bulbillos o los “cormelos”.
Factores medioambientales que influyen en la salud
La relación entre el medio ambiente y la salud humana se encuentra condicionada por diferentes factores. Conocer cada uno de ellos ayuda a tomar medidas para cuidar y proteger a la naturaleza y a nosotros mismos.
Factores físicos
Los factores físicos pueden ser atmosféricos o sidéricos. Por ejemplo, son aquellos que se relacionan con la calidad del aire y el cambio climático. La contaminación atmosférica o los cambios bruscos de temperatura pueden provocar en el ser humano problemas respiratorios, una mayor propensión a desarrollar alergias, complicaciones musculares y óseas, así como influir en los estados anímicos y psicológicos.
Algunos factores como las precipitaciones, la humedad, la presión atmosférica o el viento son manifestaciones naturales que pueden influir en nuestra salud, tanto física como mental, pero dependen de cada región para que sus efectos sean más o menos acusados. El ser humano ha desarrollado diversas capacidades para convivir y adaptarse a esas manifestaciones; sin embargo, el problema reside cuando, debido a la alteración del medio ambiente, estos fenómenos se hacen más extremos y, con ellos, también sus efectos en la salud humana.
La contaminación ambiental, en especial la que altera el aire que respiramos, supone un impacto negativo sobre nuestra salud. Los altos niveles de sustancias tóxicas en las ciudades es una de las causas del cambio climático y provoca enfermedades en los seres humanos.
Factores químicos
La producción y el uso de sustancias químicas ha aumentado y, con ello, también lo ha hecho su incidencia en el medio ambiente. Podemos encontrar sustancias químicas en el aire, el agua, el suelo y en los alimentos que consumimos. Por tanto, son elementos que podemos absorber a través del sistema respiratorio. Pero también pueden llegar a nuestro organismo por el aparato digestivo o por la piel.
Dentro de la relación entre medio ambiente y salud, la contaminación del agua es una de las problemáticas más relevantes: no solo el ser humano, sino todo ser vivo, necesita este elemento para la supervivencia. Su alteración debido a los agentes contaminantes llega al ser humano y altera su salud. Por tanto, cuidar del agua es cuidar nuestro bienestar.
Factores biológicos
Entre los factores biológicos se encuentran animales, plantas y microorganismos, es decir, las bacterias, los virus, los parásitos, los hongos, levaduras y sus micotoxinas, los vegetales y los alérgenos.
El carácter natural de estos factores implica que el ser humano estará expuesto a ellos de una manera u otra debido a la convivencia. Sin embargo, la alteración del medio ambiente provocará que la extensión de los virus, por ejemplo, sea más agresiva y que aumenten las enfermedades zoonóticas.
«Acabar con la fauna silvestre y sus hábitats provoca, por un lado, que los animales en ocasiones se acomoden a vivir en lugares humanizados, pudiendo transmitir nuevas enfermedades; y por otro lado, que los virus que llevan millones de años en el medio natural busquen otros huéspedes, entre los que nuestra especie, por su abundancia, es hoy más que nunca susceptible de convertirse en hospedador», explica Mónica Fernández-Aceytuno, colaboradora de Fundación Aquae y Premio Nacional de Medio Ambiente.
La hora de la naturaleza
El cambio en el uso del suelo, la sobreexplotación de los recursos naturales, la deforestación, la alteración de la calidad del agua potable, la generación de gases de efecto invernadero y el consiguiente cambio climático, la contaminación y la propagación de especies invasoras son actividades humanas con efectos graves para la naturaleza, para el planeta y para la salud de las personas.
Quedan diez años para que alcancemos los objetivos de la Agenda 2030 y la consecución de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. Es, por tanto, la hora de la naturaleza, porque revertir todo lo anterior y tomar medidas para cuidar los ecosistemas y la biodiversidad es la única opción para conseguir un planeta sostenible. El medio ambiente y la salud humana dependen de ello.
Los bosques proporcionan medios de subsistencia a más de mil millones de personas
que viven en condiciones de pobreza extrema en todo el mundo y aportan empleo
remunerado a más de cien millones.
Son el hogar de más del 80 por ciento de
la biodiversidad terrestre del planeta y ayudan a proteger cuencas hidrográficas
fundamentales para suministrar agua limpia a gran parte de la humanidad.
En la últimas décadas se han observado diversos impactos asociados al cambio climático que afectan a los bosques,, selvas y a la biodiversidad terrestre.
Estos impactos, ya sean fisiológicas, fenológicas, demográficas, asociados al cambio climático que afectan a los bosques y la biodiversidad de las comunidades como el funcionamiento de los ecosistemas, afectando a servicios clave que proveen los ecosistemas.
Además, los cambios en el clima afectan a las interacciones bióticas, alterándolas o estableciendo interacciones hasta el cambio climático en estos impactos resulta complicado, ya que los factores climáticos interactúan comúnmente con
otros motores de cambio, afectando a los diferentes organismos. Entre estos motores, se encuentran los cambios en el
uso del suelo, la pérdida y fragmentación de hábitats, el incremento de la concentración de CO2 y de otros gases con efecto invernadero sobre la atmósfera.
La biodiversidad se refiere a la cantidad de especies que se encuentran en un área específica, su
variabilidad genética y los ecosistemas que forman. La biodiversidad determina los procesos biológicos dentro, entre y más allá de los ecosistemas que ofrecen una amplia variedad de servicios
ecológicos -como el ciclo nutritivo o el suministro de agua- y funciones del ecosistema, como el
mantenimiento de redes alimenticias.
Algunos ejemplos del impacto pueden ser
-Desplazamiento altitudinales de especies vegetales , aves e insectos.
-Adelanto de la foliación y caída de hojas, problemas en el crecimiento, floración y fructificación en algunas especies arbóreas.
-Establecimiento de nuevas interacciones bióticas negativas para muchas especies.
-Las condiciones de sequía , las altas temperaturas y escasas lluvias , pueden provocar la muerte de especies arbóreas poco tolerantes a la sequía.
-Debido a esto en los bosques densos, puede verse reducido el crecimiento de diversas especies arbóreas.
-Muchas especies deinsectos pueden verse afectadas desde su etapa larvaria y desarrollo.
-Especies de aves emigrarían hacia otras zonas o morirían ante estos cambios drásticos en el clima.
-El cambio climático puede originar migraciones de comunidades, de aves, anfibios, reptiles, animales e insectos a regiones más propicias, afectando la biodiversidad y ecosistemas,creando islas o regiones pequeñas aptas para su sobrevivencia.
-Las variaciones de altas o bajas temperaturas, ciclos de sequía o lluvias que aumentan la frecuencia e intensidad, erosionan suelos, haciéndolos áridos con bajo nivel de nitrógeno, fósforo, y demás nutrientes, puede afectar la respiración del suelo.
-El aumento de la temperatura y la falta de precipitaciones estivales, produce con más frecuencia el bajo caudal de los ríos, con los problemas que conllevaría esta situación en las regiónes.
-Los ecosistemas de montaña, serían uno de los más perjudicados, y vulnerables debido a sus características naturales, que se verían gravemente afectadas.
- Controlar y limitar la deforestación, que provoca daños irreparables a la región, cuando se hace de forma indiscriminada, originando pérdida del ecosistema regional, lo que hace aún más urgente la necesidad
de mejorar su monitoreo y evaluación de empress forestales ue no cumplen las normas establecidas.
La deforestación es responsable de casi un 12% de las emisiones globales de
gases de efecto invernadero (GEI) causados por el hombre. La deforestación
causa aproximadamente las mismas emisiones de gases de efecto invernadero
que el transporte (13%) y la agricultura (12%).
Fomentar la gestión forestal sostenible y aprovechar al máximo
su función en la mitigación del cambio climático y la adaptación al mismo requerirá
habitualmente cambios en las políticas, las estrategias y las prácticas.
La tardanza en
la introducción de estos cambios aumentará sus costos y dificultades y reducirá las
oportunidades que podrían crearse
Los ecosistemas responden a la variabilidad natural y al cambio climático inducido por el ser humano, de esta manera, puede resultar en las próximas décadas adversas o beneficiosas para hacer frente a esta problemática .
Con una mejor
información sobre la amplitud y la naturaleza de los
recursos forestales, los países estarán más preparados
para formular e implantar políticas de mitigación
y adaptación al cambio climático, perfeccionar la
planificación general del uso de las tierras .
La deforestación junto con el cambio climático crean un círculo vicioso. Es de esperar
que el cambio climático aumente los periodos de sequía en los bosques tropicales. Al
mismo tiempo, la deforestación fragmenta los bosques, haciéndolos más vulnerables a
los incendios inducidos por las sequías. Los incendios también liberan CO2,
desencadenando más cambio climático.
El gomero, o árbol de caucho o ficus elástica, debe ser la especie que lleva más tiempo reinando en el mundo de las plantas de interior. Se caracteriza principalmente por tener hojas grandes, gruesas y brillantes que pueden tener 3 tonalidades: verdes, variegadas o oscuras.
Ubicación ideal: el gomero se puede cultivar en exterior o interior pero es muy sensible a las bajas temperaturas así que se recomienda tenerlo siempre bajo techo. Le gusta recibir mucha luz pero de manera indirecta. También puedes ubicarlo en una terraza o balcón.
Sus tres tonalidades de hojas te permiten hacer combinaciones diferentes con otras plantas u otros gomeros.
Cuidados: los gomeros son de crecimiento bastante lento así que son ideales para mantenerlos en maceteros por muchos años. Es importante, eso sí, limpiar sus hojas con un paño húmedo para que se mantengan brillantes y libres de polvo. Son muy buena opción para los olvidadizos porque no necesitan demasiado riego pero igualmente recomendamos regarlo 2 veces a la semana.
La higuera, es una especie vegetal perteneciente a la familia Moraceae y del género Ficus.
Árbol de porte pequeño por lo que se suele considerar un arbusto. Puede llegar a medir, como máximo y de forma excepcional los 10 metros, siendo lo habitual unos 4 metros en los jardines.
Su tronco es tortuoso, liso, de color gris ceniza y su madera es blanda.
El Ficuscarica cuenta con un sistema radicular muy desarrollado.
LAS HOJAS
Son de gran tamaño (miden unos 25 centímetros de largo), lobuladas y se presentan de forma alterna y unidas a las ramas por un largo pecíolo.
La higuera es caduca pues su follaje se cae durante determinadas épocas del año.
Ficuscarica es muy codiciado por las flores que se encuentran dentro de un receptáculo y que más tarde se convierten en el fruto, que no es otro que el higo.
Éste, que en realidad es un falso fruto (pues es una inflorescencia) tiene una consistencia blanda, forma redondeada, ovalada y una base achatada.
Es de color verde, negro o morado, dulce y sabroso según la especie de higuera que sea.
Necesita sitios con mucho sol, terrenos con tierra fértil, algo arenosa o arcillosa, que no se encharque. Requiee riegos frecuentes.
El Ficus carica se reproduce por esquejes o acodos.
Este árbol se suele plantar en los meses de otoño o en invierno.
Es resistente a las sequías y puede tolerar heladas, aunque no muy fuertes.
Se puede podar en cada temporada para dar forma y sacar los llamados chupones y favorecer nuevos brotes.