El delta argentino
El
delta del río Paraná con 17.500
km² y una longitud de 320 km, nace a la altura del puerto y ciudad de
Diamante,
provincia de Entre Ríos en donde concluye el
predelta. Se divide en tres grandes regiones: el Delta Superior (desde Diamante, hasta
Villa Constitución,
provincia de Santa Fe), el Delta Medio (desde Villa Constitución hasta
Puerto Ibicuy, provincia de Entre Ríos) y el Delta Inferior o en formación (desde Puerto Ibicuy hasta la desembocadura en el gran
estuario llamado
Río de la Plata todas estas zonas en
Argentina).
meridional, la presencia de grandes espejos de agua y la escasa altitud produce un
microclima que favorece la proliferación de especies animales y vegetales que recuerdan a latitudes
tropicales (por ejemplo, el brazo deltáico llamado Paraná de las Palmas lleva este nombre porque a la llegada de los europeos en el
siglo XVI proliferaban palmares de
pindó).
Formación del Delta
Las islas del Delta del Paraná deben su existencia a la gran cantidad -casi 5 millones de toneladas mensuales
[1] - de
sedimento que acarrea el agua del
Paraná. Este sedimento que es aportado mayormente por el
río Bermejo, afluente del
Paraguay, es depositado en el
estuario conjunto del Paraná y el
Uruguay, el
Río de la Plata. Los bancos de sedimento son colonizados por juncos, ceibos, pajonales y otras especies que contribuyen con sus raíces a consolidar las islas que posteriormente son colonizadas por otras especies. El Delta del Paraná de este modo va avanzando, por colmatación, sobre el estuario del Río de la Plata; las islas que se forman son características: sus costas o riberas son más elevadas (por albardones naturales) que sus centros, en los centros isleños suelen existir pantanos y pequeñas lagunas.
Flora
Entre las especies vegetales más comunes se encuentran árboles como el
sauce, el
ceibo, el
aliso de río, el
coronillo y el
espinillo, sobre los cuales crecen
epífitas como los
claveles del aire y las
barbas de viejo.
Las áreas parcialmente inundables tienen una población de
pastos altos, resistentes a periódicas inundaciones, de bajo valor nutritivo para el ganado.
Como palustres en las aguas del río o estancadas crecen el
junco y la
espadaña. Flotando en las aguas del río y de los bañados abundan las plantas acuáticas, como
camalotes y
repollitos de agua.
Desde fines de
siglo XIX el ser humano ha introducido especies aloctonas que se han aclimatado muy bien:
álamos,
ciruelos,
duraznos, diversas especies de citricos,
ramio e incluso coníferas. También el formio, el mimbre y el
pecan que representan fuentes de trabajo para los habitantes de las islas.
Fauna
Hasta principios del siglo XX hubo en el Delta
yaguares, que dieron su nombre al
Río Tigre y al partido homónimo. Han sido cazados hasta su
extinción, lo mismo ha ocurrido con los
yacarés,
pumas,
arirays,
pecaríes,
lampalaguas y
aguaraguazúes.
En los lugares más apartados de la presencia humana sobreviven todavía algunos
ciervos de los pantanos, especie autóctona de color pardo, con patas negras y círculos blancos alrededor de los ojos. Hay allí también
carpinchos,
coipos (pseudonutria),
lobitos de río (una especie de nutria genuina) y algunos
gatos monteses.
Hay numerosas especies de aves, como el
zorzal, el
biguá, el
martín pescador, el
benteveo, la
calandria, el
boyero y la
pava de monte. Hubo en otros tiempos abundantes bandadas de
cisnes, y
papagayos pero han desaparecido.
Son bastante comunes algunos
reptiles y
anfibios, como
culebras, diversas especies de
sapos,
ranas y
escuersos.
En las aguas calmas del Delta encuentran refugio peces como el dorado, el
surubí, el
bagre, el
patí, la
tararira, la
boga, el
sábalo y la raya.
ubicación del Delta del Paraná:
Es un hermoso lugar para conocer, compuesto de cientos de islotes pequeños, que conforman pasajes como calles, estre islote e islote, es la naturaleza a pleno esplendor, un sitio que nos úne con la vida natural, rico en especies de flora y de fauna, es una gran reserva de agua dulce, único en Latinoamérica.